Consiéntete
La única diferencia entre un buen día y uno malo es tu actitud, es importante ver como afrontamos las diferentes circunstancias de la vida. Hay muchas formas de poder desahogar nuestros pesares o dichas, como la escritura.
Escribir puede ser una forma de terapia, cuando tengas esos días, buenos o malos, anota tus pensamientos en un cuaderno. Escribe lo que sientes, lo que quieres, lo que temes, lo que esperas, etc. Esto te va a ayudar a poner tus ideas en orden fuera de tu cabeza, donde puedes analizar una a una y entender mejor lo que pasa.